
Hay quien compensa los millones de días repletos de malos momentos. Es cierto que de cien personas sólo una, con suerte, vale la pena. Y genera envidia hasta tal punto que hay quien es capaz de todo por romper el muro, sin darse cuenta de lo sólido que es y de la risa que generan sus intentos fallidos de reventar el fin del mundo. Tenemos claro de que pie cojea cada uno y por eso no va a haber quien pueda agujerear nuestro paraíso, que aún sonando lejos pilla más cerca de lo que imaginan. Así pues, no hay Dios que pueda teñirnos la existencia de naranja ni llenar nuestro rincón de gentío.
Quizá querida... (:
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Demasiado!! ^^
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