Ya casi nunca es de noche, quizá la mañana pinte oscura la calle, o lluviosa. No parece una descripción apetecible, pero es la mejor etapa del mundo. Horas, horas, más horas...aun así no es suficiente.
Tanto hay para captar...aunque el olor todavía no puede definirse, puede ser porque no es un recuerdo, ni una mirada al futuro. Es el presente del que tantas veces no he estado pendiente y ahora no pienso desaprovechar. No perdonaría que se me pasara, llegó el momento y no es un sueño, es completamente cierto, ahora sólo hay que luchar.
Se fueron los huracantes, los terremotos, nada hay que pueda derribar el momento.
Clin, clin, clín...
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